Foto de André

Hoy hace muchos años

dos niños juraron amor eterno.

Lleno de historia

recuerdos de tu amor

 en mi memoria.

Recuerdos del ayer

cuando eras mía.

Manantial del querer,

luz en mi vida.

Tú, yo, nosotros

 de los dos son los recuerdos,

que también sabe el mar

porque se lo contó el viento.

Te convertí en Dios

y te adoré.

Cuando pierdo la soledad,

en el silencio te oñoro

de hinojos adoro

"tus te quieros" junto al mar

Como las olas al mar

como las nubes al cielo

Como la noche a la luna

como un te quiero

desgarrando el silencio.

¡Qué puedo hacer ¡

si eternamente te quiero

Esto...

Tantos años después......!!

Foto de André

Arrugas en las manos

peso en los costados,

a poco, tendré que buscar

de sauce un bastón

para ayudarme

 a recorrer el camino

ese camino buscado

en horizonte lejano;

mientras pueda

más allá quiero ir

si hay más allá

más allá he de llegar

Cambié la meta en camino

 quiero solo buscar,

incluso allende el mar

en las galaxias lejanas

que si más hay

el pensamiento quiere llegar

no, no quiero la meta

lo que quiero es caminar

Arrugas nas mans

pesan os cadrís,

deica a pouco

terei que atopar

un pau de salgueiro

para me axudar

a percorrer o camiño;

ese camiño buscado

no lexano horizonte

e namentras poida hei ir

e se hay máis alá,

acolá chegara.

Paseniño troquei

meta en camiño

ben sei que non hei atopar

¡Qué riquezas amosa o percorrido!

que non quero atopar

¿Non sí? só buscar

se fai falla alén os mares

nas galaxias arredadas

que si más houbera

lá chegara

Non importa chegar

                                                                    o que quero é camiñar

Epístola a mis recuerdos

Nos hicimos novios; durante el primer año, solo veíamos yo, todas tus virtudes ; tú, todas las mías. En el segundo año solo veía tus defectos, tú todos los míos.. Nos sentamos , lo hablamos, nos quisimos más, además de novios, nos hicimos amigos.

Cumpliste 17 y descubrí que eras capaz de ser tan insensata como yo; empezamos a querer y a adorar aquellos insensatos momentos y tú, y yo, supimos que nos habríamos de querer eternamente...
.¡Qué se lo pregunten al mar!