Érase una vez una abuela, cuyo plato favorito eran los huevos. Le
encantaban. No quería comer otra cosa. Le daba igual fritos, cocidos o
revueltos, o en tortilla, siempre que podía se comía uno.Pero resulta que la tienda de huevos estaba lejos y no tenía fuerza
para caminar tan larga distancia. Entonces pudo pensar. Había oído que los
huevos los ponían las gallinas, así que con mucho esfuerzo, ahorró y se compró
una.
La abuela estaba encantada, ya que cada mañana su gallina le ponía
un huevo. Estaba sorprendida , pensaba que la gallina poseía los huevos
en su interior.
Un buen día , un huevo ya no le era suficiente, intentó hablar con
la gallina. Le explicó que le apetecían más huevos y que tenía que poner por lo
menos tres: pero claro la gallina no entendía….cegada por el deseo de huevos y
sabiendo que la gallina los escondía dentro , cogió un cuchillo y abrió a la
pobre gallina.
Aun así la abuelita no comprendió que la naturaleza tiene su ritmo.
Fin.
Cuento intradicional gallego
y…si bien la sardina pone cien mil al dia (huevos) solo a la
gallina le llaman ponedora, por que cacarea al producto en una magistral
lección de marketing,
¡Pero has nacido gallina y solo puedes poner uno! Si has nacido
gallina quien va a demandarte por poner uno solo si no das para más.( no
rompa el ritmo de la naturaleza)Acéptame como soy, que me gustaría ser mejor ¡Tal
vez si tú me ayudas, pueda poner un huevo de dos yemas Fin